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¿Soy normal en el sexo?

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¿La cantidad de relaciones sexuales que tengo con mi pareja es normal? ¿Mis fantasías son normales? ¿Mis genitales son normales? Esta preocupación es muy común en las personas y puede generar mucha ansiedad. La realidad es que todos somos diferentes en nuestros cuerpos y en nuestras relaciones sexuales, pero cuando el sexo es de consentimiento mutuo, es responsable y se realiza con honestidad y comunicación, el hecho de ser “normal” realmente no es importante. Por ejemplo, para una persona puede ser “normal” tener relaciones todos los días y para otra lo “normal” puede ser una vez a la semana.  Recuerda que habrá personas que piensen más en sexo y otras menos, otras que a veces tengan fantasías con personas del mismo sexo y otras no. Todos somos diferentes, así que evita compararte con otras personas para saber si eres normal o no. Cada persona tiene sus propios significados y preferencias respecto al sexo, lo que sí es importante es buscar conocer los nuestros y los de nuestra pareja y no condenar automáticamente alguna conducta como “anormal” solo porque es distinta a la nuestra. La sexualidad se puede vivir de distintas formas si nos animamos a conocernos, ser flexibles y aceptar nuestra sexualidad y la de los demás.

 

 

3 grandes beneficios de la masturbación

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La mayoría de personas se masturban en algún punto de sus vidas. Algunas lo hacen seguido, otras ocasionalmente, otros nunca; sin embargo es un tema que sigue siendo un tabú en nuestra cultura y causal de vergüenza para muchas personas. ¿Por qué? Porque la historia de la masturbación ha estado contaminada de mitos y prejuicios, desde la falsa creencia de que podemos quedar ciegos al masturbarnos, hasta la idea de que es algo que las mujeres no deben hacer. Felizmente en la actualidad ya existe el acuerdo médico de que la masturbación es una forma saludable de expresión sexual y que tiene importantes ventajas en nuestra mente y cuerpo.

1. Permite conocerte mejor sexualmente

La masturbación es el primer camino ideal y el más seguro para conocer cómo funciona tu cuerpo sexualmente. Puedes aprender qué te excita y qué no, aprendes a conocer qué te da placer y cómo. Te permite enfocarte en tu propia respuesta sexual, algo que algunas veces no es posible reconocer cuando estás teniendo relaciones con otra persona.

Al conocer todo esto, aumenta tu capacidad para alcanzar orgasmos. Es más, en terapia sexual, muchas personas que presentan dificultades sexuales tienen como una de sus tareas masturbarse para aprender a conocer mejor sus cuerpos.

2. Genera efectos saludables en el cuerpo

Ya sea por los beneficios de aclarar tu mente o el ejercicio cardiovascular, la masturbación que acaba en orgasmo puede ser una muy buena forma de ayudar a tu cuerpo. Genera una relajación muscular que en muchos casos calma migrañas, dolores musculares y menstruales. Además reduce las probabilidades de incontinencia urinaria y puede prevenir el cáncer de próstata, ya que las toxinas que se acumulan se eliminan a través de la eyaculación.

3. Genera un buen estado emocional

La masturbación puede reducir emociones de estrés o tristeza. Si bien no es la forma principal para lidiar con las emociones, puede ser algo que ayude. ¿Cómo? Durante la masturbación se liberan neuroquímicos como la oxitocina y dopamina que levantan el ánimo, mejorando tu estado emocional.

Tengamos presentes estos beneficios antes de mirar a la masturbación con prejuicio, y si te preocupa que  puedas caer en “masturbarte demasiado” ten en cuenta que la masturbación solo puede ser negativa en la medida que esté afectando significativamente algún área de tu vida. Lo más importante es saber que la masturbación es una forma saludable de expresión sexual en hombres y mujeres en todas las edades. Animémonos a normalizarla, a hablar de ella, e ir dejando atrás los prejuicios que afectan nuestra sexualidad.

5 preguntas sobre el orgasmo en las mujeres

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Para muchas mujeres el orgasmo más que una fuente de placer se ha convertido en una presión por alcanzarlo. ¿Son la mayoría de mujeres las que experimentan orgasmos con facilidad, o la minoría? Exploraremos algunas dudas comunes y algunos puntos que te ayudarán a alcanzar este estado deseado.

 

1. ¿Qué es un orgasmo?

El orgasmo es considerado como el clímax de la excitación sexual. Existen definiciones técnicas de lo que es un orgasmo, pero ¿qué es lo que sucede y cómo se siente? Es cierto que cada persona tiene una experiencia única, sin embargo la mayoría experimenta una descarga repentina de tensión sexual acumulada que consiste en contracciones musculares en los genitales, al cual sigue una sensación de alivio y relajación. Asimismo, durante el orgasmo se eleva el ritmo cardíaco y la velocidad de la respiración.

 

2. ¿Si no tengo orgasmos cuando tengo relaciones sexuales quiere decir que tengo un problema físico?

Muchas veces se ha considerado que si una mujer no experimenta orgasmos durante el sexo significa que hay algo malo en ella. Lo cierto es que diversas investigaciones demuestran que el 30% de las mujeres tienen dificultad para alcanzar el orgasmo y 80% de las mujeres tienen dificultad para tener un orgasmo cuando tienen relaciones sexuales. La mayoría de mujeres de este grupo no presenta problemas físicos, tan solo un 5% de las mujeres con dificultad para alcanzar orgasmos experimentan causas orgánicas como por ejemplo alteraciones metabólicas o neurológicas.

 

3. Entonces, ¿por qué nunca he tenido un orgasmo o por qué se me hace difícil alcanzarlo?

Algunas razones tienen que ver con factores psicológicos como la inseguridad, ansiedad, depresión, inadecuado autoconcepto o autoimagen corporal. Asimismo experiencias sexuales previas que pueden haber dejado un recuerdo desagradable, creencias personales que entran en conflicto en el momento de la relación sexual con lo que uno piensa que es “correcto” o “incorrecto”, entre otras. Intenta explorar qué emociones experimentas y qué es lo que piensas cuando estás en un encuentro sexual o durante la masturbación.

Otro factor tiene que ver con una inadecuada estimulación. Por ejemplo, en las relaciones sexuales se ha considerado erróneamente que a las mujeres les toma más tiempo alcanzar el orgasmo que a los hombres, sin embargo el hecho es que para la mayoría de las mujeres la penetración es un estímulo secundario o insuficiente para alcanzar el orgasmo, por lo que no es que necesariamente les tome más tiempo llegar, sino que se necesita otro tipo de estimulación además de la penetración para alcanzarlo.

 

4. ¿Qué me puede ayudar a tener orgasmos?

Muchas de las mujeres que tienen dificultad para tener orgasmos durante el sexo, puede tenerlos rápidamente durante la masturbación. Muchas de ellas describen estos orgasmos como fáciles, intensos y muy placenteros. La masturbación constituye el mejor camino para aprender a alcanzar el orgasmo, ya que solo a través del autoconocimiento de nuestro cuerpo, tocándonos, aprendiendo qué nos excita, cuánto, cómo, etc; podremos alcanzar ese estado deseado de excitación.

Se sabe que la estimulación del clítoris es uno de los principales responsables del orgasmo. El clítoris es un órgano sexual que se encuentra en la parte superior de la vulva de la mujer, siendo su función la de proporcionar placer sexual. Está rodeado por una piel, llamada capuchón clitórico, que se halla conectado a su vez a los labios menores. Intenta explorar toda la zona clitórica, hasta dar con un punto que te proporcione una sensación agradable y estimula la zona con el movimiento de la mano, dedos u otros para incrementar el placer.

 

5. ¿Qué posiciones pueden ayudar a tener un orgasmo cuando tengo relaciones sexuales?

Hemos visto que el movimiento de la penetración por sí mismo no necesariamente generará el orgasmo en la mayoría de las mujeres, por lo que será necesario realizar posiciones que estimulen el clítoris de manera más directa.

La posición de la mujer encima: Esta posición permite frotar el clítoris con la base del pene acompañada de la estimulación de los senos u otras partes del cuerpo.

Esta posición tiene variaciones, puede realizarse con la mujer sentada encima con las piernas abiertas o juntas. También puede ser ambos sentados con las piernas entrelazadas, donde la mujer hace movimientos circulares y lentos, y hay más estimulación de la zona clitórica.

La mujer boca abajo. Esta pose también permite a la mujer frotar el clítoris contra la cama o sábanas y experimentar el placer adicional de la penetración.

Otra forma útil es ubicar con qué tipo de posición alcanzas el orgasmo durante la masturbación para poder replicarlo en el encuentro sexual.

 

5 preguntas sobre la homosexualidad

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Algunos estereotipos y mitos sobre la homosexualidad persisten a pesar de la falta de evidencia que los respalden, y muchas veces esto genera un trato inadecuado hacia las personas lesbianas, gay
 y bisexuales. Por lo tanto, invitémonos a la reflexión y a la información revisando algunas de nuestras creencias. La psicoterapia cognitiva, uno de los tratamientos más efectivos para la salud emocional del ser humano, ha demostrado que cuando las personas vivimos con pensamientos rígidos, absolutistas y que no son cercanos a los hechos y evidencias contrastables; esto nos lleva a experimentar gran cantidad de sufrimiento. Por otro lado, la flexibilidad y un pensamiento basado en hechos nos lleva al bienestar y felicidad, así como a la de las personas que nos rodean.

Las respuestas a las preguntas a continuación, están basadas en investigaciones realizadas por la Asociación Americana de Psicología, lo cual ayuda a aclararnos ciertos puntos sobre la homosexualidad.

 

¿Qué es la homosexualidad?

Es la atracción emocional, romántica y sexual perdurable hacia personas del mismo sexo. Es una orientación sexual, que al igual que la heterosexualidad, se expresa mediante conductas con otros, incluidas acciones tan sencillas como tomarse de la mano o besarse.

¿Será la homosexualidad o heterosexualidad algo que es blanco o negro? Las investigaciones realizadas durante varias décadas demuestran que la mayoría de las personas no son completamente heterosexuales o completamente homosexuales, sino que existe una escala de grises en el medio donde están ubicadas la mayoría de las personas, algunas más cercanas a la heterosexualidad, otras a la homosexualidad, y otras más en el medio.

 

¿Por qué una persona es homosexual?

No hay un consenso entre los científicos. Se continúa investigando mucho las posibles influencias genéticas, hormonales, de desarrollo, sociales y culturales sobre la orientación sexual.

Sin embargo, la Asociación Americana de Psiquiatría concluyó que la homosexualidad no es una elección. Es decir, no elegimos ser homosexuales ni heterosexuales, nuestra orientación sexual es algo que simplemente somos. Asimismo, la Asociación Americana de Psicología plantea que las investigaciones no han encontrado evidencia de que la orientación sexual esté determinada por algún factor particular, y que la mayoría de personas tienen poco o ninguna sensación de elección respecto a su orientación sexual. Algunas personas saben que son homosexuales desde antes de establecer relaciones con otras personas y algunas les toma mucho tiempo reconocer que lo son por los distintos prejuicios sociales ante la homosexualidad.

 

¿Es la homosexualidad normal?

Décadas de investigaciones y experiencia clínica han llevado a las organizaciones médicas y de salud mental a concluir que estas orientaciones representan formas normales de vínculo de la experiencia humana.

Los profesionales de la salud de la Asociación Americana de Psiquiatría y Psicología plantean que las orientaciones lesbianas, gay y bisexuales no son trastornos mentales. Las investigaciones no han encontrado ninguna asociación entre alguna de estas orientaciones sexuales y la psicopatología. Tanto la heterosexualidad como la homosexual han sido documentadas en muchas culturas y épocas históricas.

 

¿Las relaciones de pareja homosexuales son comprometidas y duraderas?

Datos de encuestas indican que entre el 40% y el 60% de los hombres gay y entre el 45% y el 80% de las lesbianas actualmente están involucrados en una relación romántica.

Además indican que entre el 18% y el 28% de las parejas gay y entre el 8% y el 21% de las parejas lesbianas han vivido juntas por 10 años o más. Sin embargo, la estabilidad de las parejas del mismo sexo podría aumentar si disfrutaran del mismo nivel de apoyo y reconocimiento para sus relaciones.

¿Son muy distintas las parejas duraderas heterosexuales de las homosexuales? Las investigaciones han encontrado
 que los factores que influyen en la satisfacción, 
el compromiso y la estabilidad de las relaciones de pareja son similares entre parejas del mismo sexo que conviven y parejas heterosexuales casadas.

 

¿Qué podemos hacer para reducir prejuicios?

Los estudios sobre los prejuicios demuestran que estos disminuyen cuando el grupo mayoritario interactúa con miembros del grupo minoritario. Es decir, un factor que puede ser de gran influencia para disminuir los prejuicios es interactuar con personas homosexuales abiertamente. El normalizar esta interacción permite fomentar la aceptación en cada vez más personas y va generando una actitud más positiva hacia la homosexualidad.

Cuestionando 5 mitos sobre el sexo

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La sexualidad se encuentra plagada de mitos sobre lo que es correcto, incorrecto, normal, anormal. Estos mitos acaban tan arraigados en nuestra manera de pensar, que se vuelven parte de nuestra forma de mirar el mundo, y comienzan a aparecer casi automáticamente en nuestra mente.

Muchas veces tomamos estos mitos como verdades absolutas, y eso nos genera dudas, confusiones o angustias; impidiéndonos disfrutar de una vida sexual plena. Por ello es importante que cuestionemos muchas de esas creencias y no aceptemos fácilmente lo que escuchamos en los medios, o lo que de repente nos dicen nuestros amigos. Animémonos a cuestionar estos 5 pensamientos.

1. El tamaño del pene es muy importante en las relaciones sexuales.

Muchos hombres creen que un pene grande está relacionado con más potencia sexual o incluso con obtener un mayor nivel de placer; o a más grande el pene, más confianza en el encuentro sexual. Sin embargo, lo cierto es que el tamaño del pene nada tiene que ver con tener más o menos potencia sexual, ser mejor o peor amante y mucho menos, obtener o dar más o menos placer.  

Diversos estudios han demostrado que el pene promedio en erección mide aproximadamente 12.5cm, sin embargo muchos hombres tienden a pensar que están por abajo del promedio, cuando en la mayoría de los casos no es así. En las relaciones heterosexuales este mito tampoco es completamente sustentable, ya que el placer en la mujer en el momento de la penetración no dependerá necesariamente del tamaño del pene, debido a que las zonas sensoriales femeninas se hallan en el exterior de la vagina y al momento del coito, el hombre genera una serie de movimientos estimulantes en los labios sensoriales del clítoris, provocando señales estimulantes a la pareja. 

2. La mujer normal alcanza el orgasmo solamente con el sexo, no necesita mayor estimulación.

Algunas mujeres piensan que tienen un problema si es que no alcanzan el orgasmo durante el encuentro sexual generándoles angustia e incomodidad. Pero lo cierto es que diferentes investigaciones han demostrado que solamente el 30% de las mujeres alcanzan con regularidad el orgasmo solamente por estímulo coital. El resto necesita un estímulo adicional (masturbación, sexo oral, etc.), lo cual demuestra que es muy importante la estimulación adecuada del clítoris para alcanzar el orgasmo, muchas veces hasta más importante que la sola penetración. 

3. Es necesario un cuerpo perfecto para tener una vida sexual plena.

Los medios de comunicación nos bombardean con información que refleja que tenemos que ser delgados, jóvenes y bellos para poder tener una sexualidad plena. Esto suele generar mucha ansiedad por nuestro cuerpo, especialmente a la hora del encuentro sexual. Sin embargo, lo cierto es que solo una minoría de la población se ve como los modelos que vemos en los medios de comunicación y es la mayoría de la población la que no alcanza esos estándares. Entonces, si la satisfacción sexual dependiera de un cuerpo perfecto, ¿solo son los modelos los que tendrían relaciones sexuales satisfactorias? El hecho es que son muchas las personas que no cumplen esos estándares y tienen una vida sexual plena, lo cual confirma que el sexo no está atado a cierto tipo de cuerpos o estándares de belleza.

4. El hombre es el que tiene que llevar la parte activa de la relación sexual con la mujer.

Este mito se presenta en frases como “No hay mujer anorgásmica sino hombre inexperto”. Esta mirada de la relación sexual limita la forma de expresar nuestra sexualidad y traslada el control de nuestro disfrute a la pareja.  Entonces además de que con este mito la mujer da el completo poder a otras persona de su disfrute, su pareja puede generar una gran ansiedad por atribuirse la total responsabilidad de que la mujer sienta placer. Si bien en cierto que las mujeres pueden preferir ciertas parejas sexuales a otras, el hecho es que cada persona tiene la libertad suficiente como para adoptar el rol con el que más se sienta a gusto en sus relaciones sexuales. Cada persona puede hacerse responsable de la búsqueda de su propio placer.

5. Cuando dos personas se conocen el buen sexo se da naturalmente.

Muchas veces se cree que cuando dos personas se conocen, se atraen y el encuentro sexual se da, este necesariamente será muy placentero. Lo cierto es que en el sexo no hay un manual estricto para todas las personas, cada persona tiene ciertas preferencias que no podemos adivinar de antemano. Generalmente entre más conocemos a la persona en el aspecto sexual, más satisfactorio será el encuentro, ya que podemos ir aprendiendo qué le gusta, qué disfruta más, y hablar al respecto. La comunicación es una clave para el buen sexo, ya que ¿cómo saber qué le gusta a una persona si no lo averiguamos?

 

¿Inteligencia sexual?

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Con el paso de los años se han dado muchos avances respecto a la sexualidad; sin embargo, en nuestra realidad peruana esta sigue siendo motivo de sufrimiento, represión, juicios o desinformación. Hoy en día son muchas las personas que pueden tener dificultades, preguntas o dudas sobre su vida sexual y no saben cómo resolverlas. Por ello, este blog tiene como objetivo poder llevarte a reflexionar y conocer un poco más sobre la sexualidad humana, sobre TÚ sexualidad.

Puede que tengamos actitudes flexibles hacia la sexualidad en muchos aspectos, sin embargo, cuando hablamos de nuestra propia vida sexual, la de nuestra pareja o la de las personas cercanas a nosotros, pueden aparecer algunos factores que nos generan confusión, ansiedad, o rechazo. Por ejemplo; algunas preferencias o gustos que tenemos que dudamos si serán “normales”, algunas fantasías que no nos atrevemos a decir ya que tememos ser juzgados; algunas creencias religiosas o culturales que nos dicen qué es correcto y qué no; algunas ideas que tenemos sobre lo que es atractivo y lo que no en nuestro cuerpo; conceptos de cómo debe de comportarse un hombre o una mujer, entre otros.

La clave de una sexualidad plena no está necesariamente en lo que hacemos en la intimidad, sino en lo que sucede en nuestra mente muchas veces sin darnos cuenta: NUESTROS PENSAMIENTOS Y EMOCIONES. Ya sea porque pensamos que tenemos que comportarnos de cierta forma en nuestra vida sexual, o que pensamos que somos diferentes, que tenemos que ser siempre buenos, que no somos suficientemente atractivos, o que si alguien nos humilló todos lo harán. Pensamientos como estos nos llevan a experimentar emociones como ansiedad, estrés, insatisfacción, incomodidad, tristeza y frustración. ¿Y cómo disfrutar de nuestra sexualidad cuando nos acompañan estos pensamientos y emociones?

Es aquí donde aparece la importancia de la inteligencia sexual. Este término se refiere a la capacidad de conocer íntimamente nuestra sexualidad y desarrollar las habilidades emocionales y sociales para reconocer y afrontar los mitos, creencias o prejuicios que dañan y distorsionan nuestra sexualidad. Se trata de conocer nuestros pensamientos, deseos y emociones; de desarrollar las habilidades para compartirlos en pareja, potenciando al máximo las oportunidades de tener una vida sexual plena.

Si quieres desarrollar tu inteligencia sexual comienza por explorar lo que podría estar condicionándola negativamente. Empieza a reflexionar qué pasa por tu mente. Pregúntate: ¿Que pensamientos o emociones te impiden disfrutar de tu sexualidad? ¿Algunas de tus formas de pensar, en vez de ayudar a darte felicidad, te generan sufrimiento? ¿Tienes algún deseo o fantasía sexual que estás reprimiendo? ¿Será realmente cierto que debes de sentir o pensar de cierta forma respecto a tu sexualidad? ¿Algunas experiencias del pasado han influenciado en tu conducta hoy?

No temas mirarte a ti mismo, será un enriquecedora experiencia poder conocerte cada día más. Si deseas mejorar tu vida sexual, este es un buen primer paso.